la muerte del pato

Se despertó a medio día, no podía recordar cuantas horas había pasado durmiendo, durante unos instantes vacilo en terminar de despertar, despertar parece inmediato, y sin embargo requiere todo un proceso arduo y la mayoría de veces doloroso, nunca los ojos se abren de una vez, comparado con una maquina soy lento y vulnerable, pensó.

Por que mate un pato ayer, se pregunto en el momento que fue consciente de sus propios pensamientos, ¿por que lo hice? Disfrute haciéndolo, no quedaba duda, disfrutó matando un pato a pedradas, desde la otra orilla del estanque, sin dudarlo, sin sentir el menor aprecio por aquella criatura, no importaba que hubiera estado acompañado en ese momento, lo hubiera realizado igualmente a solas.

Al ser consciente de lo que ayer había hecho, no le entro ningún remordimiento, sin embargo recordó que durante su ascensión al lago la duda le había asaltado en varios momentos del recorrido, como puede ser que me sintiese peor antes de matar al pato que una vez lo había matado, el acto de pensar en matar a una criatura alada era más aterrador que el hecho mismo de lanzarle piedras sobre su cabeza hasta que una de ellas impactara con la suficiente agudeza y fuerza para que una de las romas esquinas de la piedra arrojada golpease y rajase la piel de aquel animal y comenzara a sangrar hasta la muerte, con la primera piedra que arrojo no sintió pena ni remordimiento, de echo todo los pensamientos de dolor y tristeza que le habían asaltado durante la ascensión al lago se habían esfumado, pero que es lo que yo sentía mientras le lanzaba piedras a un pato, se preguntaba, que sentía exactamente en ese momento.

¡Puedes bajar de una vez a comer! Le gritaron desde el piso inferior de la casa, ¿quién le llamaba? Aunque no lo sabia, termino de levantarse, salio de la habitación y bajo.